Día de San Jorge, Día de Aragón, Día del libro 2025



    Reflexión literaria I 

    La conmemoración del Día de Aragón y Día del libro de este año 2025, es un momento entrañable por el recuerdo de tantas horas vividas delante de un libro durante todo este año. Quiero hacer un esfuerzo de memoria para retrotraerme a mis primeras lecturas: esta noche cuando intentaba recordar los primeros libros leídos, me acordaba de mis primeras lecturas serias en el inicio de mi juventud, que me marcaron y a las que dedicaré artículos como este más adelante. Pero en estos momentos quiero ir mucho más atrás en ese paseo emocionante hacia mis primeras lecturas. Recuerdo la colección de editorial Bruguera de la vida de Sissi: Sissi emperatriz; Sissi en la isla de las rosas o Sissi, reina de Hungría. Aquellas lecturas me acercaban a los cuentos que quizá otras niñas habían leído primero y que yo no recuerdo, como la Cenicienta o la Bella Durmiente. En estas historias la reina Sissi, era la princesa de mis cuentos infantiles. Más tarde me encontré con lecturas cómo Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría, de Ángeles Caso, fue uno de las novelas que marcó mi primer desengaño literario: en ese mundo de los años 70, en el que yo leía Sissi todo eran historias de mujeres y hombres emblemáticos con carisma, de reyes autoritarios y alegres, que amaban a sus mujeres y sus hijos.

En la biografía de Ángeles Caso, el mito de la reina feliz y envuelta en un matrimonio perfecto cae estrepitosamente y nos muestra una mujer compleja, escéptica, irónica, libre y caprichosa. Una mujer guapa, inteligente y seductora. Rebelde pero, insatisfecha y melancólica a la vez. Solitaria y maniática. Odiaba el mundo en el que vivía, los palacios y la corte, despreciaba las ceremonias y los actos sociales, tanto es así que ocultaba su rostro bajo velos y grandes abanicos. Se confesó anticlerical, antimilitarista y antimonárquica. Creía que el matrimonio era una esclavitud, hacía gimnasia todas las mañanas y bebía grandes jarras de cerveza en las tabernas. Así era la Emperatriz de Austria-Hungría en la España de la Transición, una historia real de mujer-reina, alejada de la visión ñoña de la Sissi de aquella leyenda rosa, que yo había leído.

El lunes 18 de marzo de 2025 presentó Antón Castro en la sede de la UNED de Calatayud el libro de Pepe Melero "Leer para contarlo", en esa presentación con el humor y desparpajo que le caracteriza hizo mención a algunas de las anécdotas que le ayudan a encontrar las joyas de libros que atesora y a los que, según sus propias palabras " les ha puesto un pisito" como comentó en la presentación. La fama de experto bibliófilo de Melero es tal que menciona en sus artículos a sus amigos como Miguel Mena o Eduardo Bandrés, como los ‘letraheridos’, es un erudito que colecciona libros y amigos. A lo que quiero llegar con este comentario es que fue en esa presentación, cuando se me ocurrió que humildemente y con mi, no tan experta mirada a los libros como la de José Melero, pero sí una mirada propia, me gustaría hacer un recorrido pausado de mis numerosas lecturas anteriores y comentar cómo llegaron a mi y de dónde procede esa seducción, que siempre debe existir entre autor y lector, para ello revisaré mis reseñas (que realmente son pocas en comparación a mis lecturas previas a este blog) y sobre todo quien o qué me hizo llegar a ellas.

 Por eso he comenzado con los libros de Bruguera (que todavía conservamos en la casa familiar) y con los comics del Capitán Trueno, que cambiábamos cada domingo en "el Quiosco" de la Plaza Costa de Calatayud. Estas fueron mis primeras lecturas, que me llevaron más tarde a leer Mujercitas y Aquellas mujercitas, (de Louisa May Alcott, escritora estadounidense) dos historias tiernas y románticas en las que las mujeres protagonistas de la familia (Meg, Jo, Beth y Amy) esperan con ilusión la llegada del padre de la guerra y en la que Jo (Josephine, en la que me veía reflejada y de donde viene el nombre de este blog 50 años después) era conocida por su espíritu independiente, su pasión por la escritura y su rechazo a las convenciones sociales de la época.  Era mi heroína y mi ejemplo a los 10 años, Jo March es un personaje emblemático de la literatura, y que representaba en mi mentalidad de niña, la lucha de una mujer por alcanzar sus sueños y su independencia en un mundo en el que los hombres eran los que mandaban y hacían grandes cosas.

¡Feliz Día del Libro!

 MJ

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