IQ84, libros 1 y 2, Haruki Murakami. Reseña





(...) - Para ser amiga de una mariposa, tienes que convertirte en un elemento más de la Naturaleza. Eliminar cualquier indicio de humanidad, permanecer quieta y convencerte de que eres los árboles, la hierba y las flores. Lleva tiempo, pero una vez que se sustrae de ti, os hacéis buenas amigas.
- ¿Le ha puesto nombre? - preguntó Aomane por curiosidad -. Quiero decir, como si fuera un perro o un gato.
La señora negó ligeramente con la cabeza.
- No le he puesto nombre. Aunque no tengan nombre, puedo diferenciarlas una a una por los dibujos y la forma. Además, ponerles nombre es inútil, porque, de todos modos, se van amorir al cabo de poco tiempo. Son amigas pasajeras sin nombre. (...)

(...) - Los perpetradores pueden racionalizar sus actos aduciendo cualquier motivo que les convenga y olvidarse después. Pueden apartar la vista de aquello que no quieren ver. pereo las vítimas no pueden olvidar. No pueden mirar hacía otro lado. La memoria se trasmite de padres a hijos. El mundo, Aomame, es una lucha eterna entre una memoria y una memoria opuesta.(...)

(...) Leer novelas era, por supuesto, otro tipo de  evasión. Cuando cerraba las páginas de un libro, tenía que regresar al mundo real. Sin embargo, un día se dio cuenta de que, cuando volvía a la realidad tras haber visitado el mundo de las novelas, no experimentaba esa dura frustración que sentía al volver del universo matemático. ¿ A que se debería? Reflexionó sobre ello y, en poco tiempo, llegó a una conclusión. En el bosque de la ficción, aunque las relaciones entre todas las cosas eran evidentes, nunca obtenía respuestas lógicas, a diferencia de lo que sucedía con las matemáticas. El papel de las historias de ficción era, grosso modo, presentar una cuestión bajo una forma distinta. Y dependiendo de las características y de la transformación que sufría aquella cuestión, la solución quedaba sugerida la historia.  Tengo atrapaba esa sugerencia y regresaba al mundo real. Era como un pedazo de papel en el que había escrito un conjuro incomprensible. Algunas veces resultaba incoherente y no tenía ninguna utilidad práctica inmediata. Pero albergaba una posibilidad. Quizás algún día pudiera descifrar el conjuro. Esa probabilidad lo iba reconfortando poco a poco, hasta lo más hondo del corazón. (...)

La novela 1Q84, de Haruki Murakami es una novela dividida en tres partes: Libros 1 (abril-junio) y 2 ( julio-septiembre) y Libro 3 (octubre-diciembre). En dos mundos paralelos pero a la vez intrinsecos uno en el otro, se enmarcan la vida y las expectativas de los dos protagonistas, símbolos a su vez de dos realidades que se encuentran en espacio y tiempo distintos, como los dos mundos en los que viven. 
Cada una de las escenas y de lo que se cuenta en la vida de Aomane y Tengo son a la vez iguales y distintas;  y tanto el padre de Tengo (que trabaja en la NHK), como la religión de los padres de Aomane (Testigos de Jehová), como la Creación de la secta Amanecer, y la función especial de La crisálida del aire y de Ayumi, o la señora que regenta la casa para mujeres maltratadas, representan la bondad y la maldad en dos mundos controvertidos y manejados por la mano oculta de la Little People. 

El universo de Murakami tiene tantos seguidores, tantas reseñas, asi como reconocimientos que no nos queda más que aceptarlo y disfrutarlo.

MJ

"1Q84 se desarrolla en dos planos narrativos alternados. Por un lado está la línea de Aomame, quien se ve enfrentada al reto mayor de su carrera: debe liquidar al líder de una secta religiosa, bien resguardado por su escolta, que ha abusado sexualmente de varias niñas, incluida su hija. Por otro lado está la línea de Tengo, un profesor de matemáticas y autor de novelas no publicadas que se ve envuelto en un fraude: su jefe le ha pedido que reescriba una novela, La crisálida del aire, creada por una muchacha de 17 años, para que así se le pueda otorgar un jugoso premio literario. Aunque las dos historias parecen muy desligadas una de otra, poco a poco se irán tendiendo sutiles redes entre ellas, hasta que terminen conectadas del todo y con un conflicto en común: los protagonistas deberán descubrir por qué el mundo ha cambiado de 1984 a 1Q84 y qué implicación tendrá para ellos, además de estar preparados para enfrentarse a la temible little people, que los amenaza sin mostrarse. Tanto el pasado de Tengo como el de Aomame se nos contará de forma gradual, de modo que no se revelen las conexiones entre uno y otro personaje antes de tiempo y que ambos resulten enigmáticos para el lector.

Muchos datos quedan no resueltos al concluir los dos primeros libros de esta novela; no estoy seguro de que todas las respuestas estén en el tercero. Los vacíos, sin embargo, no son un defecto en 1Q84, sino elocuentes silencios. Sobre todo no son obstáculos para que seamos movidos por las historias que el autor nos cuenta. Hay algo paradójico en la obra de Murakami: a la vez que brotan de ella pasajes que nos causan extrañamiento y no podemos entender a cabalidad, sus personajes padecen contrariedades muy cercanas a nosotros, como en el caso de 1Q84: la soledad, el fracaso, la exclusión, la falta de amor, el hueco que nada llena. Esta paradoja, aunada a su impecable manejo del suspenso, del ritmo narrativo, es quizá lo más atractivo de esta novela y de toda la obra de Murakami."

 Por Javier Munguía


Haruki Murakami


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