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Mostrando entradas de agosto, 2017

Los girasoles ciegos, Alberto Méndez

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Primera derrota: 1939 o  Si el corazón pensara dejaría de latir Segunda derrota; 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos Cuarta derrota; 1942 o Los girasoles ciegos Todos los cursos, en el IES en el que trabajo hacemos lo que llamamos "El libro invisible" para San Jorge, nos apuntamos en una lista y a cada uno se nos asigna un número, luego sorteamos ese número y compramos un libro a nuestro lector invisible. El Día del libro de 2017, llegó a mis manos Los girasoles ciegos , cómo es un cuento que había leído y había visto la película,  no le hice mucho caso de momento, pero el verano da para muchas lecturas, y he acabado de leer los cuatro cuentos que integran este libro. Los  relatos se desarrollan en la posguerra española y son independientes unos de otros, sólo tienen en común los acontecimientos vividos en España después de la guerra civil, con la Ley de responsabilidades políticas, promulgada por Franco

Pétronille, Amélie Nothomb

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" El error es creer que el físico sólo cuenta en el amor. Para la mayoría de las personas, entre las que me cuento, el físico es importante en la amistad e incluso en las relaciones más elementales. Y no me estoy refiriendo ni a la belleza ni a la fealdad, me refiero a esa cosa tan indefinida e importante que llamamos fisonomía. Hay seres que nos gustan  a primera vista e  infelices que no podemos ni ver. Negarlo sería una injusticia añadida. Es algo que puede evolucionar, por supuesto: hay personas cuya apariencia repele pero que son extraordinarias que enseguida te acostumbras y aprendes a apreciar su rostro. Y lo contrario también se da: personas de físico agraciado logran parecernos paulatinamente carentes de encanto si su personalidad no nos gusta. " La chispeante prosa de Amélie Nothomb, como las burbujas del champán que beben las dos protagonistas de la novela continuamente en el relato, me recuerda que tengo que seguir apreciando el gusto por la lectura d

La rubia de los ojos negros, Benjamin Black

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" De repente, se puso en marcha, recogió los cigarrillos y la boquilla de ébano y los metió en su bolso. Sujetó el sombrero y se lo puso. El ala caía perezosamente sobre su frente como si una brisa la hubiera dejado caer con una caricia. ¿Cómo podía haber pensado por un segundo que era fea? ¿Cómo podía haber pensado algo distinto a que era la criatura más adorable que nunca había visto y que jamás volvería a ver? Mi diafragma se expandió y se contrajo en un suspiro, igual que ondulan los raíles de un tren durante un terremoto, la estaba perdiendo. Estaba perdiendo a aquella mujer maravillosa, aunque nunca había sido mía en realidad. Sentí un dolor que jamás hubiera imaginado que pudiera sufrir un hombre y sobrevivir." Como una muñeca zarandeada por los hombres y por los acontecimientos Clare Canvendish, la bella mujer protagonista de esta novela, recorre las páginas del libro, llevando al detective Marlowe, y a nosotros con él, por situaciones complicadas, rodeada