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Mostrando entradas de octubre, 2022

Pequeñas mujeres rojas, Marta Sanz

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"Paula está en el centro y jardín abstraída en sus pensamientos. Repasa los cuadernos de Beato y estará dándole vueltas a la muerte de Samuel, sacrificado como un galgo de caza que ya no corre lo que tiene que correr. Quizá piensa que quien mata con sus propias manos un perro una gallina para meterlo en la cazuela, quien desnuca un conejo (sin traje de tweed ni reloj) para cocinarlo al ajillo, bien puede asesinar a persona. Se trata de tener algo caliente entre las manos, que de pronto se vuelva frío.  Algo duro que, repentinamente, se desbarata y ablanda. Paula sonríe ante sus exageraciones animalistas y mira hacia las nubes por sí la corona negra vuelve a parecer, pero no aparece, de modo que lo que ocurre a continuación la pilla desprevenida. No hay presagio. Paula morirá (más tarde, no todavía) sin saber que, en el lecho de rosas, descansa el dedito  de Hansel, una falange de Dickie que le fórmula una pregunta al maestro, la saponificada rodilla de la Rosita del Azafrán. Paula

Aniquilación, Michel Houellebecq

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 "Bruno nunca se había distinguido por sus convicciones políticas, encarnaba al máximo la figura del técnico que conocía sus expedientes, por otra parte era la hostilidad de su imagen lo que había impedido que el Presidente le hubiera elegido como candidato; pero de todas formas esta vez estaría obligado a dar un paso adelante, al menos de cuando en cuando, estaría frente al pueblo francés, le dijo Cécile, y en el momento mismo en que Paul pronunciaba estas palabras le invadió una duda inmensa y casi ilimitada sobre el concepto de pueblo francés , pero no podía hablar de eso Cécile, como tampoco con ninguna otra persona, era demasiado negativo, demasiado descorazonador y al mismo tiempo demasiado vago, a su entender. Se limitó a enviarle un beso Cécile y a repetirle que iría a Saint- Joseph lo antes posible.  Inmediatamente después de colgar, su duda se extendió al conjunto de la comunidad humana. Siempre le había gustado la anécdota de Federico II de Prusia en la que pedía que se