Hamnet, Maggie O' Farrell
"Descubre que es posible llorar todo el día y toda la noche. Que hay muchas formas distintas de llorar: lágrimas que se derraman de repente, gemidos hondos y desgarrados, el interminable goteo silencioso de agua de los ojos. Que la piel irritada del contorno de los ojos se puede tratar con tintura de eufrasia y manzanilla. Que es posible consolar a las hijas hablándoles del cielo y de la dicha eterna, diciéndoles que después de la muerte se reunirán todos otra vez y que él estará a guardándolas, aunque no crea una palabra de todo ello. Descubre que la gente no siempre sabe qué decirle a una mujer que ha perdido a un hijo. Que algunas personas a las que no considera amistades íntimas se presentan sin previo aviso, se acercan, dejan pan y tartas en el alféizar de la ventana, le dedican una palabra amable y oportuna al salir de la Iglesia, revuelven el pelo a Judith y le dan un pellizquito en la pálida mejilla."
Hamnet, de Maggie O'Farrell, es una novela que fue considerada fenómeno literario del año 2020.
Me recomendó la novela, hace dos o tres años, mi amiga y compañera Ana y la tenía como lectura en espera, pero desde que he vuelto a ser esta lectora apasionada que era, no la había empezado a leer. Tanto me ha gustado que en una semana desde el día 22 de diciembre que la cogí en la biblioteca del Instituto la he devorado como los ricos postres navideños de estas fechas o los más preciados y suculentos platos.
Para mi la novela debería haberse llamado Agnes; la auténtica protagonista de la novela es Agnes, y con esa portada ilustrada con tanto mimo por Emilio Brizzi en la que nos imaginamos cómo es ella, la autora debe explicar porque se titula Hamnet desde el inicio. Entiendo el reclamo publicitario de ser una historia novelada del hijo de Shakespeare, pero está tan bien escrita y detalla de una manera tan delicada y precisa los sentimientos humanos desde los distintos puntos de vista de los personajes, pero con un narrador que lo sabe todo, lo ve todo y lo contempla todo sin dejarnos que nos enredemos en otras realidades que no sea la de la Inglaterra de 1580.
La cita de la novela que he escrito al inicio de la reseña es también algo que refleja la depresión absoluta, sólo el que la ha rozado sutilmente con su mente o la ha atravesado como una tormenta sabe lo que es perder todo signo de vida, estando viva; en este caso por la muerte de un hijo, en otras ocasiones por causas que ni la inteligencia más sabia puede entender.
La autora novela de forma sublime la historia familiar del más importante escritor inglés de todos los tiempos. La descripción del paisaje o de la casa, del paso de las estaciones o de las relaciones familiares, cualquier cosa deleita nuestro espíritu y lo hace libre, cómo la misma Agnes.
Si no habéis leído Hamnet, es una idea estupenda refugiarnos en un rincón favorito de vuestra casa en un ambiente cálido, con una suave manta entre las piernas y un delicoso té inglés, para alejarnos de estos días de jaleos y compras navideñas,
Felices y lectoras fiestas.
MJ
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