La fría piel de agosto, Julio Espinosa
Olga
" Está a punto de rendirse y volver a ocupar su lugar de siempre en el sofá, cerrando los ojos, pensando que cualquier cosa que haga no evitará que la muerte, transformada en coche, en avión, en cáncer, la alcance. pero recuerda esa sensación de luz al final del túnel del primer día y, pegando una patada a la vela, empujando el sofá hasta que choca con la pared, abre la brecha necesaria para pasar. Un golpe de luz la ciega hasta que, asomando la mitad de su cuerpo, puede ver, a través de las dos ventanas abiertas, un nuevo cuadro, esta vez más pequeño, que le muestra su propio rincón de patio interior, sus propias ventanas cerradas y sucias, su propia soledad: el más cruel de los espectáculos"
Andrés
"Olga se giró y se quedó mirándolo a un palmo de distancia. Se rostro blanco estaba rojo y los ojos centelleaban. De alguna manera se trataba de la mirada tierna y oscura de la muerte. Entonces no fue él quien se aproximó, sino que fué ella la que primero apoyó una de sus palmas sobre su pecho, agarró su camisa y lo besó, con lentitud,, con ternura, entregándole ese cariño tantas veces negado, lavando con saliva su culpa. "
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