Antes de los años terribles, Víctor del Árbol


- ¿Tus lectores saben distinguir entre Uganda y el Congo, entre Burundi y Botsuana? ¿Saben diferenciar entre lo que pasó en Sierra Leona o en Liberia?. Porque me temo que en su imaginario somos todos unos pobres negros desgraciados, niños con mocos secos en la nariz, camisetas desastrosas y alpargatas de goma, seres pequeños con grandes ojos tristes de los que hay que compadecerse pero a los que no hay que acercarse... Yo no tengo nada que contarle a tus lectores. Sólo soy un superviviente. ¿Entiendes eso? 

"¿Cuánto daño podemos soportar sin  rompernos por dentro? ¿Y cuánto de ese daño somos capaces de infligir a otros sin inmutarnos?  Son preguntas que una persona no suele plantearse. Yo jamás creí que necesitaría aprender sobre la naturaleza del dolor, pero el dolor tiene una capacidad infinita para redescubrirnos, es una guía muy tenaz, capaz de llegar a lo que hay de insondable en nosotros. Nos muestra verdades que preferiríamos no conocer. Nunca toca fondo, es como una fosa marina poblada con por seres inconcebibles que jamás han visto la luz. Y lo peor es que cuando te ves arrojados a fosa, desciendes más y más, hasta olvidar quién eres y porque estás ahí;"
"Me miró fijamente. Es un tremendo error creer que las personas que nos aman son, por el hecho de amarnos, estúpidas o que están ciegas. O que su paciencia es infinita. Si te alejas demasiado quizá no te den la oportunidad de regresar. El amor no es una patente de corso".

Alohacriticon: Víctor del Árbol

Reseña:

Antes de los años terribles, es una novela muy dura. La historia que nos cuenta Víctor del Árbol, podría ser una de las muchas contadas por los que llegan a España o a Europa desde África (Uganda, Libia, Congo,...) de las que no queremos saber nada porque nos incomodan y nos remueven por dentro y porque vivimos mejor siendo ciegos y sordos a los conflictos y problemas de otro continente, en este mundo de hipocresía colectiva en el que vivimos . 

Isaias "el negro de las bicicletas", cuenta su vida, sus sentimientos, sus miedos ante el dolor físico, la violencia, el asesinato y la muerte; el relato traspasa continentes, nos lleva desde Barcelona a Uganda a la realidad de los niños soldados, envueltos en una guerra que no es la suya y, sufriendo explotación y abusos terribles, que los aniquilan y destruyen como personas. La novela nos lleva también a conocer  las costumbres del pueblo ugandés, la belleza de su paisaje, su fauna... y nos muestra una realidad de superstición y miedo, que alimenta odios hacia personas distintas (albinos) perseguidas por su condición, pero unidas al final por una misma condición, la búsqueda de respeto y libertad. Conmovedora.

MJ

Comentarios

Entradas populares de este blog

"El insólito peregrinaje de Harold Fry" Rachel Joyce

Releyendo... Hoy, La vieja sirena, José Luis Sampedro

Claus y Lucas, Agota Kristof

Los alemanes, Sergio del Molino