Blog de reseñas personales e íntimas para dar a conocer a escritoras y escritores clásicos y actuales
y leer sus creaciones con un punto de vista crítico
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“En los grupos que se
caracterizan por no ser muchedumbre y masa, la coincidencia efectiva de sus
miembros consiste en algún deseo, idea o ideal, que por sí solo excluye el gran
número. Para formar una minoría, sea la que fuere, es preciso que antes cada
cual se separe de la muchedumbre por razones especiales, relativamente
individuales. Su coincidencia con los otros que forman la minoría es, pues,
secundaria, posterior, a haberse cada cual singularizado, y es, por lo tanto,
en buena parte, una coincidencia en no coincidir. Hay cosas en que este
carácter singularizador del grupo aparece a la intemperie: los grupos ingleses
que se llaman a sí mismos “no conformistas”, es decir, la agrupación de los que
concuerdan sólo en su disconformidad respecto a la muchedumbre ilimitada. Este
ingrediente de juntarse los menos, precisamente para separarse de los más, va
siempre involucrado en la formación de toda minoría. Hablando del reducido
público que escuchaba a un músico refinado, dice graciosamente Mallarmé que
aquel público subrayaba con la presencia de su escasez la ausencia
multitudinaria. En rigor, la masa puede definirse, como hecho sicológico, sin
necesidad de esperar a que aparezcan los individuos en aglomeración. Delante de
una sola persona podemos saber si es masa o no. Masa es todo aquel que no se
valora a sí mismo —en bien o en mal— por razones especiales, sino que se siente
“como todo el mundo” y, sin embargo, no se angustia, se siente a saber al
sentirse idéntico a los demás.”
La rebelión de las masas. Ortega y Gasset
“De nuestro Don Manuel
me acuerdo como si fuese de cosa de ayer, siendo yo niña, a mis diez años,
antes de que me llevaran al Colegio de Religiosas de la ciudad catedralicia de
Renada. Tendría él, nuestro santo, entonces unos treinta y siete años. Era
alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre lleva su
cresta y había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago. Se llevaba las
miradas de todos, y tras ellas, los corazones, y él al mirarnos parecía,
traspasando la carne como un cristal, mirarnos al corazón. Todos le
queríamos, pero sobre todo los niños. ¡Qué cosas nos decía! Eran cosas,no palabras. Empezaba el pueblo a olerle la
santidad; se sentía lleno y embriagado de su aroma.”
San Manuel, bueno, mártir. Miguel de Unamuno
Escucho a los jóvenes que nacieron en el año 2000
preguntarse y yo ¿qué voto? y hay que responderles: infórmate, lee los
programas de cada partido y vota. Si eres de los que crees que el hombre como
ser social puede cambiar el mundo, vota. No dejes a los políticos que se salgan
con la suya, opina, lee, vota.
Es verdad que en algunas comunidades autónomas la educación
ha estado más politizada que en otras, pero cuando los chavales a los que
impartes Historia de España en2º de
BACH, empiezan a hacerse preguntas, que como docentes deberíamos responder con
respeto y rigor histórico. Hay que contarles lo que ha pasado en nuestra
historia reciente, que conozcan sobre todo el siglo XX, en el que se ha fraguado
nuestra forma de ser como personas. Pero
es bueno que se hagan preguntas,que
comprendan que somos individuos que vivimos en sociedad y que no se ha
inventado de momento ninguna forma política más igualitaria que la democracia. Esta
democracia que ellos ven consolidada, pero que ha costado mucho crear y
mantener y que además tiene muchos
defectos que debemos conocer e intentar arreglar. Pero que es tarea de todos, no pensemos que son
solo los políticos los que deshacen esa democracia, somos todos como ciudadanos
los que nos hemos cargado el derecho a decidir, no creando conciencia política,
dejándonos llevar de la inercia de la indecisión y la pereza.
Cuando yo estudiaba bachillerato en el IES Emilio Jimeno de Calatayud,
nuestros profesores nos hicieron leer autores que crearon en nosotros esa
conciencia política, que en muchos de nosotros estaba virgen como la propia
democracia.Cuando yo tenía 14 años la democracia estaba recién estrenada y
todavía era muy pronto para hablar de memoria histórica o de violencia durante
la dictadura, pero si había que hablar de compromiso y responsabilidad política
y leímos La rebelión de las masas, de
Ortega y Gasset; San Manuel , Bueno y Mártir, de Unamuno; leímos el teatro y la
poesía de Lorca, a Juan Ramón Jiménez o
Vicente Aleixandre, leímos a Luis Martín Santos (Tiempo de silencio, Tiempo de destrucción), a Carmen Martín Gaite (Entre visillos), a Carmen Laforet (Nada), a todos y cada uno de los representantes de la
literatura de posguerra que de alguna manera fueron nuestras lecturas de
cabecera y como digo hicieron nacer en nosotros esa conciencia política de la
que no nos avergonzamos.
MJ
P.D Otras novelas que hicieron mella en mí, aunque fueron lecturas menos académicas, fueron todos los libros de José Luis Martín Vigil, allá por los años 1978 - 80. Los leí todos. Además oíamos las canciones protesta de J. Carbonell, J.A. Labordeta y la Bullonera; J. Sabina y L.E. Aute.
"Los días pasaron con calma, como a la semana se fueron sucediendo lentamente, sin hacer apenas ruido. Pau iba recuperándose, no sin dificultades, y comenzó a incorporarse al trabajo en la Catedral de los pobres, que poco a poco iba concluyendo las obras de la cripta. O, al menos, eso era lo proyectado. Al fin, el maestro podría dar rienda suelta a su imaginación y construir un templo cuyas Torres rasgarían el cielo de Barcelona, sin llegar a superar los deseos del Gran Arquitecto del Universo: su torre más alta no superaría la altura de la colina de Montjuic." El aprendiz de Gaudí es una novela sobre el gran arquitecto barcelonés, pero en la que los protagonistas de la trama no son Gaudí o su amante Pepeta, si no su sobrina Rosetta y Pau, su aprendiz, un muchacho que recogerá el capataz de Gaudí de las calles de Barcelona y que aprenderá con el maestro las grandes técnicas decorativas de este nuevo arte, el Modernismo, que le dieron fama, como el trenca...
"Algo estaba cambiando. No sabría ponerle nombre. Imagino que fué la primera vez que sentí que alguien estaba ocupando mi lugar, que había llegado el dueño de la plaza definitiva y que yo no era mas que un simple interino." Interino de Octavio Gómez Milián, es una novela introspectiva y biográfica, este tipo de novela se centra en la exploración de la psicología y la experiencia vital del autor a través de una perspectiva introspectiva, que analiza sus propios pensamientos y sentimientos y reflexiona a la vez que cuenta sus vivencias. Octavio en esta novela se desnuda ante sus lectores, hace un ejercicio de análisis vital desde su infancia hasta su madurez, sin pudor. La novela está dividida en dos partes: la primera parte comienza con el autor siendo un niño en su último año en un colegio público, el de su madre, en la avenida Tenor Fleta, para pasar después a Marianistas y acaba con un Octavio joven, que madura de repente cuando se entera de la muerte de su amigo Serg...
“Dos o tres veces por semana se reunía con Taboada: no sois nada, no seréis nada. Seguirá habiendo clase obrera mientras viva Franco y le sirváis de excusa a esos intelectuales para hacerse su hueco. Luego, se disolverá la clase obrera. ¿Tú oyes hablar de clase obrera en Estados Unidos? Carrillo escribe libros, Semprún escribe. En el fondo no son más que intelectuales y eso es lo que quedará del vuestra lucha si no ganáis. Lo que no quede escrito, no habrá existido y lo que ha existido lo escribirán ellos. Así que ya sabes, dentro de unos años no habréis existido. Tu pasado me lo inventaré yo a la medida de mis necesidades. Tu lucha será una medalla que me pondré en mi solapa. Tu hambre, tus chuscos de pan, tus meses de cárcel, han sido apenas 3 meses, ¿no?, poca cosa, formarán parte de mi biografía, porque esos años los escribiré yo, si sobrevivo y regreso a mi clase. Los escribirá gente como yo y os lo quitaremos, te los quitaré, no podrás hacer nada contra ello. La histo...
"Cuando me metían un trozo de madera cuadrado entre los omoplatos y la cintura y me retorcía en el cuerpo hasta descoyuntarme , entonces gritaba: "Por favor, ya basta, piedad". Cuando me clavaban punzones debajo de las uñas de las manos y los pies, durante los brevísimos intervalos de mi respiración jadeante, aspiraba el aire, expulsaba y vociferaba: "Por favor, piedad". Entre gemido y gemido, entre los brevísimos intervalos de mis jadeos, entre un grito y otro, no hacía más que pensar: "que mi cuerpo desaparezca de una vez, que mi cuerpo se borre de la faz de la tierra..." Mayo de 1980. La ciudad de Gwangju se moviliza contra la dictadura militar de Chun Doo-hwan, que hace unos meses tomó el poder en Corea del Sur. La oposición civil, liderada por los estudiantes universitarios, se subleva a favor de la democracia, pero el ejército reprime cruelmente las protestas disparando indiscriminadamente a la multitud, sin hacer distinciones entre estudiant...
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