Actos humanos, Han Kang. Reseña

 


"Cuando me metían un trozo de madera cuadrado entre los omoplatos y la cintura y me retorcía en el cuerpo hasta descoyuntarme , entonces gritaba: "Por favor, ya basta, piedad". Cuando me clavaban punzones debajo de las uñas de las manos y los pies, durante los brevísimos intervalos de mi respiración jadeante, aspiraba el aire, expulsaba y vociferaba: "Por favor, piedad". Entre gemido y gemido,  entre los brevísimos intervalos de mis jadeos, entre un grito y otro, no hacía más que pensar: "que mi cuerpo desaparezca de una vez, que mi cuerpo se borre de la faz de la tierra..."

Mayo de 1980. La ciudad de Gwangju se moviliza contra la dictadura militar de Chun Doo-hwan, que hace unos meses tomó el poder en Corea del Sur. La oposición civil, liderada por los estudiantes universitarios, se subleva a favor de la democracia, pero el ejército reprime cruelmente las protestas disparando indiscriminadamente a la multitud, sin hacer distinciones entre estudiantes y civiles.

Actos humanos, de Han Kang, es una novela estructurada en varias partes, que explora los sucesos del levantamiento de los ciudadanos de Gwangju. La novela está narrada a través de varios peronajes y multiples voces narrativas; no sigue una estructura lineal tradicional. Estas voces narrativas abordan el mismo suceso desde diferentes puntos de vista, antes, durante y después de la tragedia. Los diferentes personajes son, las víctimas, como Dongho, quien muere trágicamente durante el levantamiento; o los supervivientes de la matanza: sus amigos, familiares, editores y trabajadores, intentando superar el trauma de formas diferentes; e incluso las almas de los muertos apiñados en una fosa común. 

Los capítulos no siguen una estructura tradicional, pero si tienen su propio espacio temporal, en cada una de estas partes o capítulos Han Kang se va a acercar a un personaje diferente. En el primero, Las avecillas, el personaje principal es Dongho, un estudiante de secundaria de quince años. Este capítulo está narrado en segunda persona y tiempo presente. 

Dongho está buscando a su amigo Jeongdae, que vivía alquilado con su hermana, en su casa. Jeongdae ha muerto, tras recibir disparos de los militares y Dongho busca su cadáver, con un sentimiento muy fuerte de culpabilidad porque dejó su cuerpo sobre la calle, cuando lo vió caer, después de recibir unos disparos. Dongho ha tomado la tarea de llevar un registro de los cadáveres sin identificar, que se encuentran en el Gobierno Provincial: "Mientras tanto, tú anotabas en el libro de registro el sexo, la edad aproximada, la clase de vestimenta y el calzado que llevaban y les asignabas un número."

En el segundo capítulo, titulado, El hálito negro, la narración es en primera persona, es Jeongdae, el amigo de Dongho, quien habla, está muerto y su alma flota cerca del que ha sido su cuerpo.  Dongho, se preguntaba en la primera parte, donde estará el alma de su amigo y aquí se manifiesta, es, sin duda un capítulo extraño. 

A lo largo de la historia de la literatura esta capacidad de los muertos para comunicarse con los humanos o viceversa se ha utilizado en la literatura. Mitos y leyendas de todas las culturas hablan de ellos, un ejemplo serían Los Diálogos de los muertos, conversaciones entre dioses y héroes o personajes reales o ficticios en la Grecia clásica y helenística.

"Nuestros cuerpos estaban apilados en forma de cruz", dice Jeongdae al inicio del capítulo.

La tercera parte se titula Las siete bofetadas, está narrada en tercera persona y el personaje principal es Eunsuk. que trabaja en una pequeña editorial. Han Kang aprovecha este capítulo para enseñarnos cómo funcionaba la censura en Corea del Sur en las editoriales y como tenían que sortear estas prohibiciones. Eunsuk se reune con un traductor de un texto occidental de forma clandestina: las siete bofetadas son las partes en las que divide su tortura, en ellas la escritora reflexiona sobre los métodos de represión de las dictaduras y sus consecuencias.  

En Hierro y sangre , la narración es en primera persona y se usa el tiempo pasado: a partir de aquí la novela contempla la masacre de Gwangju con el recuerdo traumático en la vida de las personas que participaron en aquellos acontecimientos: pesadillas, insomnio, depresion, angustia, suicidio… También se describe el destino de los detenidos en las manifestaciones y las torturas que sufrieron en la cárcel. En esta parte sabemos que los protagonistas cuentan su pasado a la propia escritora Han Kang (en el Epílogo lo descubriremos), para que esta tragedia no vuelva a suceder. 

"Cuando me llamó por teléfono, usted me dijo que Jinsu no era un hecho aislado. Que era muy probable que muchos más de nosotros acabáramos quitándonos la vida."

En La pupila de la noche, el tiempo transcurre lento... mientras en una oficina la protagonista escucha trascripciones de cintas, entre ellas se mezclan las declaraciones de las cintas que Yoon está oyendo: torturas, declaraciones de los presos recluídos en aquellos días de represión en 1980 en Gwangju. Han Kang utiliza la segunda persona, como una metáfora de distanciamiento. La luna "como pupila de la noche", como el inquisidor que todo lo ve, es también quien analiza aquellas confesiones tan duras, como abrir en canal un cuerpo en la morgue. 

“A medida que te acercas a la vigilia, tus sueños se van haciendo menos cruentos y más ligeros. Al final se hacen tan delgados y frágiles como el papel y terminan por despertarte."

En Donde se abren las flores, nos acerca a la madre de Dongho, que desde la actualidad recuerda a su hijo, asesinado  en la masacre de Gwangjuen a los quince años. Esta es una de las partes más emotivas del libro.

En La vela cubierta de nieve, el Epílogo, la protagonista es Han Kang, nacida en Gwangju. Esta parte es el final de la novela, en ella la escritora nos habla de cómo llegó a conocer la matanza de 1980 en su ciudad natal, cuando ella era una niña y contextualiza la novela, además de reflejar la necesidad de contar la verdad de aquellos terribles acontecimientos.

No nos olvidemos de los temas recurrentes de la novela: la violencia, la represión y la tortura; la memoria histórica, el perdón, la culpa, la fragilidad de la vida humana y la búsqueda de significado en medio del trauma. 

Para acabar esta larga reseña, que me apetecía escribir, para desentrañar el porque de esta tragedia, en medio de otras tragedias actuales, el estudio psicológico del ser humano y su maldad.  La novela se divide en el análisis del pasado que introduce a los personajes y el contexto social y político de Gwangju, antes del levantamiento, mostrando la tensión y la atmósfera pre-conflicto. En el análisis del presente, cuando narra la revuelta de los estudiantes y la represión militar, con descripciones gráficas de la violencia y el caos. Y en del después, explorando el impacto de la masacre en los supervivientes, con la búsqueda de cuerpos, el duelo, la culpa, la negación y la necesidad de recordar. 

Una novela sin tapujos y digna de un premio nobel.

MJ

 

 


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