El ancho mundo, Pierre Lemaitre

"Jean se sentía perfectamente lúcido, su mente registraba cada detalle, cada ruido, su cerebro almacenaba todas las sensaciones que ofrecía la situación. Sin dudarlo un segundo, con tranquila certeza, se situó ante la puerta cerrada que se abrió justo en ese instante, dándole la razón. La chica era increíblemente guapa, Jean se quedó boquiabierto. Ella esbozó un “Oh” de sorpresa, pero era demasiado tarde: Jean la había agarrado del pelo. Ella cayó al suelo de rodillas, con los brazos extendidos hacia lo alto, y Jean le sujetó la cabeza con ambas manos y, con todas sus fuerzas, se las estrelló contra la taza del inodoro. La chica volvió el rostro hacia él: solo le había partido la nariz y abierto el pómulo, aunque ya sangraba en abundancia. Jean retrocedió de un salto para que no lo salpicara y, volviéndola a agarrar del pelo, le golpeó el cráneo varias veces, primero contra la porcelana de la taza y luego contra la pared. La chica se desplomó, la sangre manaba a chorros; él salió,...