Los girasoles ciegos, Alberto Méndez

Primera derrota: 1939 o  Si el corazón pensara dejaría de latir
Segunda derrota; 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido
Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos
Cuarta derrota; 1942 o Los girasoles ciegos



Todos los cursos, en el IES en el que trabajo hacemos lo que llamamos "El libro invisible" para San Jorge, nos apuntamos en una lista y a cada uno se nos asigna un número, luego sorteamos ese número y compramos un libro a nuestro lector invisible. El Día del libro de 2017, llegó a mis manos Los girasoles ciegos, cómo es un cuento que había leído y había visto la película,  no le hice mucho caso de momento, pero el verano da para muchas lecturas, y he acabado de leer los cuatro cuentos que integran este libro.
Los  relatos se desarrollan en la posguerra española y son independientes unos de otros, sólo tienen en común los acontecimientos vividos en España después de la guerra civil, con la Ley de responsabilidades políticas, promulgada por Franco en febrero de 1939 y que se aplicó con carácter retroactivo a los acontecimientos sucedidos en España al comienzo de la guerra en 1936. Los vencedores en esta guerra ni olvidaron, ni perdonaron; los españoles abandonados del mundo, sufrieron una represión, propia de una guerra, de 1939 a 1945, mientras en Europa se libraba también otra guerra. Ningún organismo Internacional quiso saber qué pasaba en nuestro país, dónde se cometieron las mayores atrocidades contra los vencidos, de forma impune, y sin ningún tribunal internacional que los prohibiera. Los relatos de Alberto Méndez son una pequeña muestra de la crueldad de la guerra y de la ignominia de los vencedores, además hay que decir que la prosa y el vocabulario utilizado por  el escritor son de una exquisitez insuperables, expresiones y palabras como " Dédalo de trincheras", "militar desarbolado", "atarantapayos", "reencuentro de los tahalíes", "mónada de Leibniz", "habla crípticamente", "el cuarto día amaneció desecho en nieblas", "la caseta del fielato",...etc, etc. Riqueza de vocabulario, historias que sobrecogen y enrabian, donde los protagonistas son seres completos, llenos de honor y de respetabilidad, frente a la crueldad y la vileza de sus adversarios. Gracias a mi "benefactor de libros" invisible.
MJ





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